Las alarmas de grado 1 son las que se instalan en lugares que por sus características propias y por la circunstancia y lugar donde se encuentran, necesitan un nivel de seguridad menor.
Estas alarmas pueden servir como elemento disuasorio, y como aviso si una persona competente está cerca en todo momento para escuchar un posible salto.
Son alarmas simples que no tienen conexión con una central receptora. Pueden tener un precio reducido, pero la seguridad que ofrecen es únicamente la de alertar con señales luminosas o acústicas ante una posible intrusión.
Estas alarmas pueden denominarse alarmas sin cuotas ya que al no ir conectadas a una central receptora de alarmas no tiene por qué asumirse ese coste mensual.
Dónde instalar una alarma de grado 1
Una alarma de grado 1 puede instalarse en un lugar donde no haya objetos de demasiado valor. Un sitio en el que haya siempre alguien responsable cerca que pueda alertarse ante un salto.
Por ejemplo, dentro de unas instalaciones deportivas, podríamos poner una alarma así en un almacén que nos interese proteger. En este caso, el recinto entero contaría con su propia seguridad, personal al cargo, videovigilancia, pero con esta alarma añadiríamos un extra de seguridad a ese punto en concreto.
En caso de salto, sería sencillo reaccionar rapidamente.
El problema de instalar una alarma de este tipo, por ejemplo, en una casa, es que puede haber falsos saltos. Al ser alarmas muy sencillas, es posible que haya falsos saltos y no habría forma de enterarse de ellos. Las señales acústicas molestarían o despertarían a los vecinos y ellos no tendrían manera de detenerla o alertarnos a nosotros.
En este último caso, lo mínimo que se sugeriría sería la instalación de una alarma de grado 2.
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